Su carácter pionero y el talento de sus profesionales posicionan al país en el panorama global de estas tecnologías médicas
Uruguay escribe un nuevo capítulo en el sector de la tecnología médica implantable, apoyándose en una base sólida de innovación y experiencia técnica que comenzó a consolidarse varias décadas atrás.
Con una historia pionera marcada por desarrollos significativos como el de los marcapasos en la década de 1960, el país evolucionó hasta convertirse en un núcleo de excelencia en la industria médica.
El precursor en este campo fue el doctor uruguayo Orestes Fiandra, quien realizó el primer implante exitoso de un marcapasos de larga duración en el mundo, sentando las bases para lo que eventualmente se convertiría en el Centro de Construcción de Cardioestimuladores (CCC). La compañía uruguaya no solo dominó el mercado local, también se expandió a nivel internacional prestando servicios a diversas empresas del sector convirtiéndose en un nombre de referencia. En 2014 fue adquirida por inversores extranjeros y actualmente es parte de la estadounidense Integer Holdings Corporation.
Con este legado, Uruguay demostró su capacidad para liderar en innovación médica y también su potencial para fomentar y expandir nuevas empresas en este sector. «Uruguay se ganó un nombre en el mundo en este campo y si dices que vas a trabajar en Uruguay, es bien recibido porque entienden que aquí hay gente con el conocimiento para hacerlo», comentó a Uruguay XXI Pedro Arzuaga, el director de la oficina en Montevideo de la multinacional Impulse Dynamics, dedicada exclusivamente a desarrollo de producto.
En este contexto prometedor, Punta del Este fue el escenario del primer Active Implantable Medical Devices Workshop, organizado dentro del marco del IEEE LASCAS 2024. El evento que reunió a más de 100 participantes internacionales, entre ellos estudiantes, profesionales de la industria y principales stakeholders de varios países, exhibió una diversa gama de presentaciones sobre aplicaciones de implantes activos, como la estimulación de la médula espinal, la insuficiencia cardíaca y la medicina bioelectrónica.
El encuentro también fue una plataforma para discutir cómo la colaboración entre la academia y la industria puede acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías en el país y varios actores del sector destacaron que Uruguay podría aprovechar su historia de innovación y su fuerza laboral altamente educada para expandir aún más su impacto en el mercado global de este tipo de tecnologías.
El uruguayo Marcelo Barú, Innovation Leader de Biotronik Neuro -multinacional de origen alemán-, proporcionó durante el evento una visión general de la estimulación de la médula espinal y elogió también el profesionalismo del talento uruguayo.
«He trabajado con ingenieros de todo el mundo y el ingeniero uruguayo puede ver el ‘big picture’, sumado a la experiencia de años en dispositivos médicos que tiene Uruguay», afirmó el experto que tiene unos 30 años de experiencia diseñando dispositivos médicos implantables.
La innovación uruguaya en el foco de las empresas internacionales
En la vanguardia de la innovación médica, Uruguay logró posicionarse como un actor relevante para el desarrollo de dispositivos médicos implantables, atrayendo a empresas internacionales como Integer Holdings Corporation, Focus e Impulse Dynamics que buscan aprovechar el talento local y la capacidad de innovación del país.
Pedro Arzuaga, director de la oficina de Impulse Dynamics en Montevideo, contó que su equipo en Uruguay se compone de 19 trabajadores, de los cuales 17 son ingenieros.
«Nos dedicamos exclusivamente al desarrollo de productos», explicó. Esta especialización subraya la alta calificación y el enfoque innovador que caracteriza a la operación uruguaya.
El CTO y VP ejecutivo de Impulse Dynamics, David Prutchi, que lidera el proyecto desde Nueva Jersey, Estados Unidos, destacó la importancia de Uruguay en la estructura global de la empresa. «Tenemos muchos más ingenieros en Uruguay que en los Estados Unidos», afirmó.
La relación con CCC fue fundamental para el establecimiento y éxito de Impulse Dynamics en el país. Prutchi relató cómo comenzaron su colaboración. «Un médico argentino me contó sobre CCC en 1998 y poco después empezamos a trabajar en un dispositivo que no era para nuestra terapia principal, pero que pronto nos llevó a desarrollar tecnología para la insuficiencia cardíaca», dijo.
Esta colaboración inicial abrió el camino para proyectos más ambiciosos que han cumplido con rigurosos estándares internacionales. Mirando hacia el futuro, Arzuaga resaltó el potencial de Uruguay como un centro de excelencia en la industria médica. «Uruguay tiene un nombre en el mundo. Aquí hay gente con el conocimiento para hacer grandes cosas en el campo de la tecnología médica», señaló.
Esta percepción global positiva es un catalizador que sigue atrayendo proyectos y colaboraciones internacionales al país. Con un enfoque en la colaboración, la calidad humana y la innovación continua, Uruguay está bien posicionado para seguir siendo un líder en el desarrollo de estas tecnologías médicas que transforman vidas. “Esto empezó siendo algo de una sola compañía muy pequeñita, CCC, que fue creciendo. Eso fue muy importante, pero ahora están surgiendo en el país otras empresas que también desarrollan”, expresó Arzuaga y agregó que hay una oportunidad para que las empresas extranjeras grandes de desarrollo de dispositivos implantables lleguen a Uruguay y aprovechen el talento.
Sobre esto Prutchi indicó: “he trabajado con ingenieros en muchas partes del mundo y aquí en Uruguay la educación de los ingenieros puedo asegurar que tiene un nivel superior”.
