El economista y docente Aldo Lema habló en Informativo Carve del Mediodía sobre las expectativas económicas para Uruguay de cara al 2024.
Según la última encuesta de expectativas difundida por el Banco Central del Uruguay (BCU), los analistas consultados volvieron a recortar su proyección de crecimiento para este año, que ahora se ubica en torno a 0,75%.
Lema destacó que en término de impacto respecto al año pasado, la mirada más pesimista se da por el impacto de la sequía, pero también por asuntos internacionales. Algunos extraregionales (tasas de interés más asaltas, el precio de las materias primas que se devolvieron por el máximo que había alcanzado debido a la invasión de Rusia a Ucrania), y otros regionales, por el desvío de demanda hacia Argentina incentivado por el diferencia cambiaria.
“En ese contexto, Uruguay ha enfrentado razonablemente bien lo que es un contexto extraregional complicado, problemas desde Argentina muy significativos, y una sequía muy intensa”, indicó.
Lema destacó que para la segunda mitad de esta década “no será de mucho viendo a favor”, por lo que crecerá menos del crecimiento potencial. A su vez, aseguró que el próximo año Uruguay va a “rebotar” por mejores condiciones climáticas, “probablemente sea mayor que su crecimiento potencial, quizá cercano al 4%, además del impacto de algunos planes que adopte el nuevo gobierno argentino para estabilizar su situación”.
En conclusión, dijo que 2023 va a cerrar muy afectado por el impacto de la sequía y por la situación internacional, y 2024 va a tener un efecto rebote que difícilmente se sostenga más allá de este año. Esto representará un desafío para el próximo gobierno, aseguró.
Para el especialista es esencial bajar las expectativas para que, quien llegue a gobernar, no se encuentre con la frustración que se ha dado en otros países, de una rápida desaprobación a la gestión por promesas que se había realizado y no se pueden cumplir.
“Hay un conjunto de restricciones que enfrenta Uruguay que hace pensar que las expectativas tienen que ser moderadas porque el crecimiento potencial es bajo, porque el mundo no nos va a ayudar demasiado, porque venimos con una cierta recuperación en materia de empleo que creo que no se va a mantener a futuro, y hay interrogantes respecto a cómo Argentina va a salir de la situación actual, sobre todo por la calidad de la política, al gobernabilidad y la fragmentación que existe”, añadió Lema.
Por otra parte, se refirió al anuncio sobre que Uruguay formará parte de los países organizadores del Mundial 2030, que empezará en Sudamérica y luego seguirá en Europa y África, desde el punto de vista económico. Los partidos inaugurales se jugarán en Uruguay, Argentina y Paraguay, y luego, la Copa del Mundo se trasladará a España, Portugal y Marruecos.
Lema destacó que para los países los mundiales constituyen una inversión que muchas veces no es rentable, ya que los Estados tiene que comprometer muchos recursos. Además, generan un problema desde el punto de vista social ya que se dejan de hacer cosas en esta materia debido a que los recursos que hay a disposición son finitos.
“En estos días se ha discutido mucho, con mucha razón, la pobreza infantil en Uruguay. Hay otros temas relacionados a necesidades básicas y políticas sociales, y por lo tanto, esa reasignación de recursos, implica dejar de hacer otras cosas. No necesariamente se reciben exterioridades lo suficientemente importantes de esas inversiones que se materializan”, resaltó el economista.
A su vez, sostuvo que “es una solución de segundo óptimo”, que, desde el punto de vista de la racionalidad económica, le quita a Uruguay “una enorme presión”, ya que no tendrá que hacer las grandes inversiones y destinar la cantidad de recursos que esto requiere, que no dan la rentabilidad social que se aspira para el gasto que implica.
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