El 10 de abril de 2025, la Unión Europea (UE) decidió suspender por un período de 90 días la implementación de su primer paquete de represalias en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y aluminio europeo. Esta suspensión, que busca dar espacio para las negociaciones, se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara el miércoles una tregua parcial, aplazando por el mismo período los recargos del 20% a todas las importaciones extranjeras.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó que la UE está dispuesta a dar una oportunidad a las conversaciones con Washington, aunque advirtió que si los diálogos no resultan satisfactorios, las contramedidas se activarán conforme al plan establecido. Este plan prevé imponer aranceles del 25% sobre un volumen de importaciones estadounidenses cercano a los 21.000 millones de euros, aplicados en tres fases: abril, mayo y diciembre de 2025.
La medida, sin embargo, no frena los esfuerzos preparatorios de Bruselas, que sigue trabajando en la implementación de nuevas represalias. Von der Leyen destacó la importancia de este gesto como un paso positivo para la estabilización económica global, pero subrayó la necesidad de establecer normas claras para el comercio internacional. La presidenta de la Comisión recalcó que las negociaciones no solo se basan en la reducción de tarifas arancelarias, sino en establecer reglas comerciales transparentes y eficientes para ambas partes.
Desde el punto de vista estratégico, la UE continúa su proceso de consulta con los gobiernos de los Estados miembros y con la industria para evaluar las posibles respuestas a los movimientos de la administración Trump. En este contexto, Bruselas sigue abierta a explorar acuerdos mutuamente beneficiosos que eviten la imposición de aranceles, en línea con propuestas previas de “cero aranceles” para productos industriales, incluido el sector automotriz.
Esta suspensión temporal de las represalias ofrece una ventana para redefinir el panorama comercial global, pero deja claro que la UE mantiene sus opciones abiertas para actuar según el desarrollo de las negociaciones.