El economista Javier de Haedo, director del Observatorio de la Coyuntura Económica y docente en la Universidad Católica del Uruguay, se refirió en Informativo Carve a la situación fiscal del país.
El déficit fiscal empeoró en los 12 meses cerrados a setiembre tras alcanzar el 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB), según informó el Ministerio de Economía. La cartera destaca una caída en la recaudación de impuestos y deterioro en resultados de Ancap asociados a la parada técnica de la refinería de La Teja.
En tanto, el resultado del Sector Público No Monetario (SPNM) se ubicó en 3,7% del PIB en setiembre, ascendiendo a 3,8% sin los ingresos del Fideicomiso de la Seguridad Social. En tanto, el resultado global del Banco Central del Uruguay (BCU) fue de 0,6%.
De Haedo destacó que durante la actual administración de gobierno la situación fiscal mejoró mucho hasta setiembre de 2022, es decir, hasta hace un año, cuando lo había bajado a 2,6% del PBI, una muy buena cifra considerando que en ella había un 0,6% del “efecto covid”.
De entonces a la actualidad el déficit fiscal “más que se duplicó en un año”, resaltó el economista.
A su vez, aseguró que este deterioro en la situación fiscal no es consecuencia de la sequía que afectó al país en los últimos meses, ya que “el efecto fiscal de la sequía son monedas”, sostuvo.
De Haedo destacó que es histórico en la historia del Uruguay que el déficit fiscal suba en las segundas mitades de los gobierno. “En promedio, en los siete gobiernos transcurridos desde el retorno de la democracia, entre el año tres y el cinco hay un deterioro fiscal de 1,3% del PBI”, agregó.
Sin embargo, dijo que estas cifras “son alarmantes” ya que, en un año, el deterioro fue de tres puntos del producto, cuando todavía no entramos en año electoral.
“Con las finanzas públicas pasó el efecto resorte. El mantenimiento de una inflación elevada durante la mitad inicial del gobierno, con aquel año puente, en el cual se decidió sacrificar salarios para beneficiar puestos de trabajo, dio lugar a un ajuste fiscal de medio punto del producto en salarios, medio punto del producto en jubilaciones, se pisaron las inversiones, que ahora están volando, y también bajaron las transferencias. Es decir, hubo un ajuste no estructural sino de represión del gasto”, destacó.
A esto agregó que desde el año pasado esa situación se revirtió con los aumentos de salarios y jubilaciones extraordinarios, la inversión pública empezó a subir, al igual que las transferencias.
En esta línea, opinó que la regla fiscal aprobada en la Ley de Urgente Consideración no se cumplirá en 2023, y tampoco de cara a 2024.
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